13 abr 2011



En estos momentos de mi vida, estoy tan perdido que no se si alguna vez podré encontrar esa luz que da la salida, esa luz que alumbra ese camino de serenidad, de tranquilidad, de desasosiego.

Vengo hace mucho tiempo sintiendo una especie de angustia que me lleva a lugares inhóspitos, a extrañas circunstancias, a dejarme llevar por una corriente que lo único que consigue es llevarme a la

desesperación. No se como salir, no se como reprimir cuando la fuerza

de esa condición me ciega completamente, y entonces esa bestia de razón

se apodera de mi. Es como si alguien en mi interior me estuviera

empujando, hasta llegar a convencerme de que eso que hago es lo

correcto. Cuando pasan las horas, los momentos de excitación, entonces

recupero en sentido y me doy cuenta de lo que hay a mi alrededor, de lo

que he hecho y entonces es cuando la sombra de la amargura se apodera

de mi.

A veces soy tan feliz, otras sin embargo no soporto la vida, esa vida que tengo, pero no quiero, esa vida que vivo sin vivir, pienso montones de veces que soy una de esas personas indecisas, esas personas

que no saben bien lo que quieren, lo que realmente desean, porque si lo

fuera, tendría el valor de enfrentarme a todas esas sombras, a todos

esos personajes que se meten en mi mente y anulan por completo mi

conciencia.

Querida tierra, mar, aire, firmamento…me gustaría que con vuestra luz, vuestra serenidad, vuestra fuerza fuerais capaces de ayudarme, de hacerme ver las cosas de otra manera, se que pensareis que hay gente

peor que yo, que soy un privilegiad, y no lo niego, prácticamente

tengo de todo, bueno de todo, menos sentido común en muchas ocasiones,

soy pasional, rebelde, inquieto, positivo, a veces loco, y si quiero a

la vida más de lo que muchos creen.

Pero, en ocasiones, mi mente se cierra por completo a eso que llaman raciocinio, a eso que llaman sentido común, quizás debí de nacer en otra época, en otro lugar, en otro mundo.

No soy nada materialista, al contrario me pierde el poco sentido que le doy a todo lo material. Por que soy de las que cree que cuando dejamos de vivir en esta tierra nadie se lleva nada, no hay equipaje,

ropa, joyas, maletas que puedas embarcar como cuando nos vamos de

viaje. Lo único que nos llevamos es todo lo que hemos vivido, lo que

hemos amado, lo que hemos sentido, y lo demás lo dejamos todo. Hasta

los sentimientos los dejamos, si, los dejamos en las personas que se

quedan, en ellos vivirá el recuerdo de lo que fuimos, hicimos y vivimos

con ellos.

Esta carta la tirare al buzón de la atmósfera, al profundo océano, al fondo de los pozos haber si alguien la encuentra, y entonces me responde….quizás no llegué nunca a ningún lugar, quizás se moje y las palabras se deshagan en pequeños pedazos ilegibles, quizás el viento se la lleve lejos, muy lejos a lo alto quizás de una gran montaña y cuando amaine se deslice suavemente por la ladera hasta quedarse parada al lado de un gran roble…..




Solo deseaba desahogarme, solo quería que alguien aunque fuera el aire, las estrellas, el mar o las montañas sintieran por un momento mi sentir, mi angustia, mi dolor de alma...