19 jul 2011



Esta noche he vuelto a tener el mismo sueño que tantas veces he sufrido. No sabría si definirlo como sueño o pesadilla, pero… cada vez que me despierto siento un enorme pesar en mi pecho. Como si algo o alguien me estuviera aplastando. Ella ha vuelto a aparecer en ellos, tan bella como la recordaba… tan alegre, siempre con su sonrisa.

Siempre ocurre lo mismo solamente cambia el espacio donde ocurre la acción, esta noche ha sido en un parque, con grandiosos arboles, verdes, frondosos, eran perfectos. En ellos había unos pájaros, comunicándose con su esplendido canto. Era un lugar precioso, solamente se veía el verde de los árboles y plantas, y los colores de las flores, había de todos los tipos, rosas, lirios, tulipanes, todos ellos con colores intensos, vivos. No sé porque, pero mi imagen del paraíso era como ese parque, tan tranquilo, tan hermoso.

Pero apenas llegue a prestar atención al lugar, ya que ella estaba ahí, a mi lado mirándome. No dijimos nada, solamente nos cogimos de la mano y echamos a andar por el parque. Andamos por una senda contemplando los arboles, y relajándonos con el sonido de los pájaros y el viento, era todo tan bonito, parecía irreal que todo pudiera ser tan bonito. Acabamos llegando a un lago, había peces de colores nadando por el agua cristalina, nos quedamos mirándolos un rato, pero de repente y sin pensar la abrace, ella no reaccionó, solo espero un rato, y se volvió, me dio un beso en la mejilla y dijo: “sigamos andando”.

Fuimos avanzando entre los bosque que dejaron paso a un grandioso jardín, con un banco en medio de de las rosas, bordeamos las flores hasta llegar al banco. Nos sentamos y estuvimos abrazados durante media hora… No he sentido tanta paz en mi vida. Tras la media hora giro la cabeza hacia mí, era tan hermosa, tan delicada, como la quería… sería capaz de sacrificar mi vida por ella, dejarlo todo, solo para verla siempre sonreír… Y llego el momento, me beso suavemente en los labios, un sabor dulce me inundo… Por fin había sido correspondido.

Después como cada noche, me desperté y me dirigí a la ventana, allí estaba la luna, como riéndose de mi sueño, ya que sabia tan bien como yo, que ese sueño puede que nunca se haga realidad.