30 abr 2011


Echo tanto de menos tu voz
que ahuecaba los perezosos silencios
que amanecía siempre tierna
deslumbrando mi despertar
echo de menos la vibrante música de tu garganta
el mar que se oía en tu boca
ese reverberante eco de mi mirada
esa ternura declamada en prosa
echo de menos aquella temblorosa
que siempre sonreía
a la espera de lo que nunca se espera
echo tanto de menos tu voz
que necesito ahogarme en mi tristeza...