Te extraño, y no sé cómo decírtelo; tal vez mi oportunidad pasó, y esa sed que llevo en el fondo de mi corazón, nunca se apagará.
Te quiero tanto, que para mi no hay nadie igual. Te quiero tanto, que ya no puedo más. Donde quiera que estés, y con quien quiera que estés, te deseo lo mejor.
Sé que te amo, y no sé cuanto, paso noche tras noche pensando en lo mismo, que te amo demasiado, que nunca podré olvidarte. Te quiero, y tal vez quererte se ha vuelto una costumbre ya, la costumbre puede más que el amor.
Me resigno a pensar que ya no estás a mi lado, que ahora te diré amiga, que nunca podré olvidarte, porque los dos decidimos terminar aunque nos doliera. Me dijiste que lo entenderías, y sé que lo entiendes, que lo nuestro nunca funcionaría, y sí, nunca funcionó. Y le ruego a Dios que te encuentres bien, y que te cuide día con día.
Me hiciste feliz, siempre estuviste conmigo cuando te necesitaba, siempre fuiste un apoyo para mí, y nunca lo olvidaré. Puede que sea malo; tristeza, celos, o quizás resignación, no lo sé... pero me gustaría saberlo todo de ti.
Sea lo que sea, no importa, te perdí, y ni modo, no supe actuar, nunca te hice caso y tal vez perdí la oportunidad de amarte, y no sabes cuánto me arrepiento al no decirte la verdad, que te quería con todas las fuerzas de mi corazón, pero es demasiado tarde para arrepentirme, lo nuestro se acabó, así como si nada hubiera pasado... ¿y ahora qué queda?
Quedan recuerdos que siempre llevaré en mi mente y en mi corazón. Juré que nunca te iba a olvidar, y aunque sólo fueras mi amiga, que aunque me doliera... siempre pensaré en ti.
Aunque me muera por dentro. No sé si sabes que todavía conservo aquel cariño que tuve para ti. Y si lo sabes me alegro, y si no lo sabes también... te deseo lo mejor, si es que encontraste a alguien más que llene ese hueco que te dejé... perdóname si te echo de menos, perdóname por favor.