Para decir Te amo, las palabras no me alcanzan, para decirte lo que siento, el silencio me basta.
Tendrían que existir términos terrenales capaces de explicarte este afecto, pero es incomprensible por los seres humanos el poder de este sentimiento.
Como dos ángeles perdidos, nuestras almas se unieron en el más cálido amor. Pronto algo recóndito comenzó a sucedernos, y es el día de hoy, que mi deseo es que eso sea eterno.
A medida que pasa el tiempo, descubro que cada día te quiero más: Tu presencia esta conmigo, dentro y fuera de mi vida.
En cada instante que no estas a mi lado, pienso en ti, mientras resbalan las horas, los minutos corren, y los segundos parecen esfumarse. Muchas veces, me descubro con la mirada clavada en las agujas del reloj, esperando que sea el momento para salir a tu encuentro; y aunque mis ojos no lo digan, te necesito...
En el silencio, a veces me parece escuchar a una secreta sílaba decir tu nombre, y todo me lleva a ti, todo me recuerda cuanto Te Amo.
Este amor me aturde la vida y me arrastra a tus brazos con ciega pasión.
Quisiera rozar tu alma y tu corazón para percibir la calidez de la ternura que expresas al hablar de nuestro amor.
Quisiera sostenerme de tu dulzura esa efusiva y repentina emisión de color que no me deja caer en la penuria.
Me gustaría sentir tus labios recorriendo mi espalda o tu boca, simplemente besando mi boca.
Me gustaría darte un abrazo lleno de calma y demostrarte que estar juntos nos evoca.
Me deleitaría profesar la calidez de tus manos buscando estrechar cálidamente las mías.
Más... tus ojos son mi búsqueda, en un día sin sol, y tu calor mi traición más hermosa, cuando el frío me abraza el cuerpo, no hay nada que no daría por llenar tus ilusiones, y darte todo mi amor.
Es que no sé como hacerte descifrar que tuyas son mis noches y tuyos son mis días: Tú pones en mis días, la plena claridad... y en esas noches, no encuentro oscuridad...
Muchas veces, me sorprenden fantasmas, que me llenan de inseguridad, pensando en tal vez, poder quebrantar toda esta felicidad. Es entonces cuando de mar y noche se llenan mis ojos, y mis lágrimas se asoman... sólo recapacito cuando tus manos me las secan y vuelvo a sonreír.
Tú eres mi cordura: apaciguas mis tormentos. Pero también con tu locura, traes calma a mis momentos... cuando estoy contigo nada me falta... Tú eres quien me cuida, quien me acaricia, quien me consuela.
Hay algo que deberías saber y tener muy presente: Por ti haría la paz y la guerra, y derribaría las distancias.
Esta vez, no me quedo con ganas de saber verdaderamente, como empezar a decirte lo que siento, porque lo único que me resulta más importante, es que sepas que te amo, como jamás amé en mi vida a alguien, como jamás alguien amó sobre la faz de la tierra, porque te quiero como eres, con todo lo que eso implica....